Estos dos principios fundamentales son: el derecho que se concede a un tercero de usar un nombre comercial y la transmisión de los conocimientos necesarios para comercializar determinados productos o servicios. Dicho de otro modo, en cualquier esquema de este tipo forzosamente deben existir dos elementos: la marca y el know how.
En este caso, el negocio que te proponen se concentra en un producto: los carritos de autolavado. Pero no te están proporcionando una imagen corporativa o un nombre (por lo que no hay marca) ni reglamentación, capacitación o apoyo operativo por parte de la empresa. De hecho, la relación comercial finaliza con la venta de las unidades y el primer abastecimiento de insumos.
Por lo tanto, se trata de un contrato de distribución en el que te conviertes en un canal que acerca un producto al consumidor final sin importar cómo, dónde o de qué manera lo comercialices. Por eso no importa el nombre, el logo o el precio, ya que los procesos no están regulados.
Franquicia vs. distribución
Una franquicia es como un matrimonio. Se trata de un compromiso a largo plazo con el franquiciante para que tanto tu inversión como su nombre tengan éxito y sea una situación ganar-ganar. Este enlace implica que ambas partes aceptan permanecer juntos, ayudarse mutuamente para resolver los problemas y salir adelante.
Por el contrario, un negocio de distribución es más como una relación pasajera en la que cada quien se maneja como desea sin tener que responderle al otro. No hay exclusividad y se puede vender cualquier producto, incluso si es de la competencia. El único lazo que los une es la compra periódica de material o un pedido mínimo.
¿Cuál es mejor? Eso dependerá del tipo de emprendedor que seas. Evalúa si posees las cualidades necesarias para ser franquiciatario, por ejemplo, estar dispuesto a seguir las reglas y sacrificar cierta independencia y creatividad a cambio de sistemas establecidos que reduzcan el riesgo de tu emprendimiento.
Si por el contrario eres un generador de proyectos, tienes mucho ingenio, no te gustan los jefes ni las órdenes, tal vez te convenga más tener otro tipo de negocio -como distribución o venta por catálogo- que te dé la libertad de manejarte a tu manera.
La recomendación es que antes de invertir en un negocio, investigues a fondo a la empre-sa en la que estás interesado. Averigua qué es lo que vende, cómo y por qué medios, platica con los clientes y con los asociados, conoce los beneficios que obtendrás a cambio de tu inversión y qué tipo de apoyo te darán. Asegúrate de tomar una decisión inteligente y bien informada porque finalmente, y volviendo a la figura del matrimonio, no te casarías con alguien que no conoces, ¿o sí?
Aspectos clave
Existen siete puntos básicos que toda franquicia debe proporcionar a sus inversionistas. Toma nota y verifica que cumplan con cada uno de ellos.
1. Capacitación. Son todos los cursos, talleres, seminarios y convenciones que se imparten tanto a los franquiciatarios como a su personal para que adquieran los conocimientos necesarios y operar la franquicia. Se proporcionan antes, durante y después de la apertura de la unidad o periódicamente.
2. Asistencia técnica. Se trata de la asesoría, control y supervisión de la imagen y manejo del negocio de acuerdo con las normas y procedimientos determinados por el dueño de la marca. Incluye la localización y ubicación de sucursales, adecuación del local, control de operaciones, compras y abastecimiento, selección del personal, mercadotecnia y publicidad, administración y finanzas, actualización de manuales, etc.
3. Transmisión de conocimiento. Es la transferencia de tecnología y experiencias por parte del franquiciante hacia los franquiciatarios. Su objetivo es igualar los métodos, técnicas y servicio. Se da a través de manuales que integran toda la información administrativa y de gestión de las unidades.
4. Estandarización. Es la creación de esquemas operacionales y controles tecnológicos al interior de la organización y que necesariamente deberán instrumentarse para lograr uniformidad. Garantiza que todas las tiendas franquiciadas manejen el mismo concepto de negocio, imagen, precios, proveedores, productos y métodos operativos y comerciales mediante revisiones y auditorías.
5. Desarrollo de proveedores y servicios. Se garantiza que la maquinaria, mobiliario e insumos son de calidad. Incluso se pueden conseguir a un menor precio, ya que se compra por volumen para toda la red.
6. Seguimiento. Después de la adquisición, el dueño de la marca se mantiene en contacto para acompañar al emprendedor en la operación diaria del negocio. Desde cuidar que se respete la imagen y reputación de la marca hasta otorgar mantenimiento al equipo en caso de ser necesario.
7. Regalías. Este concepto representa el pago por el uso del nombre, así como los conocimientos y el soporte técnico que reciben los franquiciatarios. Toma en cuenta que aunque hay franquicias que no contemplan esta cuota como tal, la incluyen en el costo de los productos o insumos.
No te confundas...
Existen diversos esquemas de negocio que se pueden confundir con el de una franquicia. Aprende a identificarlos.
Distribución. Figura a través de la cual el distribuidor adquiere el derecho de comercializar los productos vendidos o producidos por un tercero, recibiendo un beneficio económico (comisión o descuento). El foco del negocio se concentra en la mercancía.
Licencia. Figura por la que el licenciante (dueño de la licencia) otorga al licenciatario un derecho limitado para el uso y explotación comercial de una marca. Incluso se pueden producir otros bienes a partir de ese distintivo.
Concesión. Acto jurídico reservado al gobierno para conceder el derecho de explotación y/o uso de un bien o recurso propiedad de la nación.