La restauración nocturna amplía su franja horaria en busca de la rentabilidad

En un contexto de mercado en retroceso, cuando el consumo medio se sitúa en 1,2 consumiciones frente a las 2,5 en 2007, desembarca en el mercado una nueva generación de propuestas de negocio que prometen rentabilidades por encima de la media del sector, con inversiones muy medidas y gestiones muy profesionalizadas.

En la mayoría de estas propuestas destaca una visión más global del negocio de la hostelería. Aunque el formato busque la complicidad nocturna con el cliente, estos locales están dotados de una capacidad camaleónica para ofrecer el más adecuado escenario, tanto para una frívola charla entre amigos como para un desayuno frente al periódico o una comida informal de trabajo. Todo ello con un objetivo: cubrir todas las franjas posibles de negocio y mejorar los resultados.

Y es que el filón del ocio nocturno puede agotarse, porque los negocios hosteleros de la noche han perdido el 22% de su facturación y 15.000 puestos de trabajo en los últimos dos años, según un estudio de la Asociación Nacional de Empresarios por la Calidad del Ocio. Una caída que se vive de forma muy diferente según qué localizaciones, así en Sevilla ha descendido un 35%, mientras en Madrid un 15%, por señalar ambos extremos.

Uno de los elementos dinamizadores de estas cadenas de franquicias que se lanzan a la conquista de la noche es el marketing diferencial. El ocio nocturno es uno de los mercados más sensoriales y subjetivos, de ahí la importancia de trasladar sensaciones positivas, que se transmiten a través del diseño o la música.

Hay que resaltar las últimas tendencias que están moviendo el mercado: El brunch, el concepto after work y la combinación de ocio restauración (comidas con espectáculo o tematizadas, y las ofertas de gastro-bar son sólo algunas de ellas).

En este escenario encontramos a uno de los últimos lanzamientos en franquicia. Amitabha Lounge Café, marca tendencia a través de su música. Sus impulsores aprovechan el tirón mediático de esta cultura urbana para crear un espacio camaleónico que evoluciona a medida que las manillas del reloj avanzan, desde el desayuno al vermú y, cómo no, la noche.

Desde esta central se asegura asociarse con los franquiciados "en un porcentaje a negociar". Además, se ofrecen ayudas a la financiación "sin tener que acudir al banco" y "acuerdos ventajosos con nuestros proveedores y distribuidores". Cuenta con dos establecimientos en España y su inversión inicial está estimada a partir de los 60.000 euros.

Como un clásico imbatible de la hostelería destaca Guinness Official Irish Pub. Con el aval de Heineken España, la enseña apuesta por la cultura del pub irlandés, auténtico paradigma de la restauración con atractivo en cualquier franja del día. Pero es sin duda en las sesiones de tarde y noche cuando ofrece un mayor valor añadido para sus clientes, una oferta que se refuerza con carta de comida y, en ocasiones, música en vivo. Con una red cercana a los 300 locales, una inversión de 360.000 euros, y un formato experimentado, la enseña es exigente en sus condiciones de entrada para mantener sus estándares de calidad.

Hace tres años, el interiorista Juan Morandeira y el cocinero Rubén Romero fusionaban su saber hacer en La Postrería. Este local se convierte en punta de lanza de la hostelería coruñesa por su amplia oferta gastronómica, con el dulce como protagonista, y por su rompedora puesta en escena.

En los últimos meses se ha lanzado este original formato al mercado de la franquicia resaltando su poder de atracción en las diferentes franjas horarias del día. Ya que según se destaca desde la central "cuando cae la noche, La Postrería transforma su aspecto a través de la iluminación y actuaciones en directo, con lo que el espacio se convierte en el lugar perfecto para degustar un cóctel o una copa en el ambiente más cosmopolita". La inversión necesaria es de 342.132 euros.

Entre los más consolidados en un sector que no destaca por grandes cadenas a excepción de la conocida red de discotecas Pachá, encontramos a la cadena La Botellita, con 22 unidades de negocio, 19 de ellos franquiciados. El pasado año se sirvieron en los bares de La Botellita alrededor de dos millones de copas de hasta 90 marcas distintas. La información la facilita esta central malagueña, que 13 años después de su fundación se ha convertido en la franquicia más representativa de España de bares de noche. Las botellas monodosis de primeras marcas de bebidas (como las que se sirven en los aviones) sobre la barra de sus locales es su elemento más característico.

El segundo elemento es el precio de las copas, por debajo de la media, y con la garantía de que el cliente desprecinta el envase. La propuesta más clásica de ocio nocturno de las seleccionadas en este reportaje ha crecido sobre todo en Andalucía, Madrid, Cataluña y Valencia pero Juan Manuel Burón, su principal impulsor, espera hasta cruzar el charco. Además, este año ha rebajado sus condiciones económicas, que van desde 60.000 hasta 90.000 euros.

Tormo