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Los empresarios hipotecan sus inversiones para obtener crédito

01 de septiembre de 2009 (España)

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Las necesidades de crédito están forzando a muchos grandes patrimonios a hipotecar su cartera de inversiones para mantener a flote su empresa. En medio de la peor crisis de liquidez de las últimas décadas y la caída brusca del consumo, muchos empresarios han tenido que recurrir a esta técnica para evitar males mayores. Algunas de las principales entidades de banca privada han respondido a esta necesidad con créditos incluso más baratos que los habituales.

La operación se formaliza igual que una hipoteca de un piso, sólo que el activo que respalda el crédito es una cartera de inversión. Este tipo de operaciones deben ser formalizadas ante notario. El coste de estos créditos ronda habitualmente el euribor más entre 50 y 200 puntos básicos. Por contra, estos empresarios se encuentran con que bancos y cajas muchas veces les exigen hasta 500 puntos básicos sobre el euribor para obtener financiación.

"El común de los mortales necesita liquidez actualmente y cuenta con activos financieros. Además, estos inversores se encuentran con dificultades fiscales u operativas para disolver toda o parte de su cartera. En estos casos compensa pignorar una cartera", explica Pablo Torralba, director de la oficina de Madrid del banco privado Edmond de Rothschild, entidad que presta este tipo de financiación a los clientes que se lo solicitan.

Estos casos son principalmente los de clientes cuya sicav se encuentra cerca de los 2,4 millones de euros de patrimonio, un límite que de no recuperarlo transcurrido un año les obligaría a liquidar la sociedad.

En otras ocasiones se trata de empresarios que iniciaron sus inversiones hace muchos años y que todavía conservan plusvalías por las que estarían obligados a tributar.

Otro de los factores que impulsa a los grandes inversores a pignorar su cartera en lugar de liquidarla es el recorte que han sufrido los mercados durante los últimos dos años. Estos empresarios prefieren hipotecar sus ahorros antes que perderse potenciales remontadas de sus activos financieros.

Esta tendencia refleja el cambio que ha habido en la pignoración de activos durante los últimos años. Esta técnica se puso muy de moda en 2006, cuando muchos grandes patrimonios decidieron obtener créditos sobre su cartera para apalancarse sobre ella y obtener rentabilidades muy superiores. El problema llegó cuando los mercados financieros se dieron la vuelta y estos empresarios vieron que sus apuestas perdían gran parte de su valor y tenían que hacer frente a grandes créditos.

"Este tipo de operaciones fueron muy frecuentes, fue una tragedia. Hay mucha gente escarmentada desde entonces", afirma Miguel Irisarri, director general de A&G Banca Privada. Estas dificultades siguen grabadas en la mente de algunos grandes patrimonios que han optado por reembolsar parte de sus inversiones e incluso disolver sicavs para atender a sus necesidades de liquidez. Buena muestra de ello son los 90.000 millones de euros que han salido de los fondos de inversión desde que estalló la crisis o el creciente número de sociedades liquidadas.

Además, otra circunstancia que podría echar para atrás a los empresarios a la hora de hipotecar sus inversiones es que las entidades conceden menos dinero para cubrirse ante posibles impagos. "Las valoraciones sobre los activos a pignorar han descendido mucho. Antes de la crisis te podían dar, por ejemplo, un crédito sobre el 70% de una cartera sobre el Ibex. Ahora facilitan mucho menos dinero", explica Guillermo Santos, director general de Popular Gestión Privada.

El crédito, parado
Desde que se inició la crisis financiera en el verano de 2007, las entidades han ido reduciendo paulatinamente el crédito a las empresas. En el primer trimestre de 2009 el saldo vivo de este tipo de financiación ha retrocedido por primera vez desde que se iniciasen las turbulencias, mientras que la morosidad empresarial se ha multiplicado desde 2007 por seis, hasta situarse en el 4,75% a inicios de este ejercicio. Los bancos dicen que ellos siguen dando créditos a la demanda solvente, un tipo de prestatario que la debacle económica ha reducido.

Operativa
1. El coste de estos créditos ronda el euribor más entre 50 y 200 puntos básicos, según fuentes del sector.

2. La operación se formaliza igual que una hipoteca de una vivienda, con la cartera de inversión respaldando la financiación.

3. Algunos inversores son reticentes debido a las malas experiencias vividas con la pignoración de activos en el crash bursátil.