Pérez Giménez rechaza hoy el concurso pero pospone la venta

Los dueños de la firma farmacéutica y el grupo inversor tuvieron ayer reuniones maratonianas durante toda la jornada. Sin embargo, aún hay flecos técnicos y jurídicos que les separan. Por ejemplo, cuestiones redaccionales del contrato de compra-venta pero también posibles «vicios que pudieran hallarse posteriormente y que las auditorías previas no hubieran detectado en los balances contables», explicaban anoche fuentes de Tecris a este diario. Sin embargo, el optimismo era algo mayor en los trabajadores, que veían positvo el paso dado por la familia Pérez Giménez de cara al futuro.

Fuente del comité de empresa informaron ayer de que las negociaciones iban por «buen camino», por lo que se mostraban optimistas a la hora de considerar que el acuerdo estaba cerca. A ello se añade que se ha efectuado el pago de la nómina de mayo, que aún no se había desembolsado. Sin embargo, lo cierto es que las posiciones entre ambas partes aún no estaban lo suficientemente cercanas como para dar por segura la compra. De hecho, ayer mismo volvió a producirse una protesta de los trabajadores de la empresa ubicada en Almdóvar del Río.

También en el seno del grupo invesor liderado por José Enrique Rosendo empieza a habe cansancio por la demora en el remate de la operación y sus efectos en la viabilidad posterior de la firma. Es lógico pensar que por ambas partes se quiera cerrar de manera clara y rigurosa las condiciones del traspaso.

Según han reconocido en los últimos días tanto los representantes de Tecris como los de la familia, el principal escollo en la negociación era el relativo a quién debía hacerse cargo de la deuda contraída por dos firmas participadas por los laboratorios (Cuvefarma y Faribérica). Por parte del grupo inversor liderado por José Enrique Rosendo no se quería asumir ese débito, mientras que los propietarios querían incluirlo dentro del paquete de compra.

Este escollo podría estar ya solventado. Precisamente, el elevado pasivo (49 millones de euros) que mantiene actualmente la firma radicada en Almodóvar del Río es el elemento que más pone en peligro la viabilidad de la compañía. No obstante, desde Tecris siempre se ha recalcado que Pérez Giménez es viable, siempre que se llevase a cabo una política de reducción del 15% de los gastos y de que impulsase un plan de negocio en el que se potenciasen marcas clásicas de la compañía, como Calmante Vitaminado, y se abrieran nuevos mercados internacionales.

Sueldos directivos

Tecris se ha comprometido en todo momento con los 219 trabajadores de los laboratorios a que su programa de actuación no incluía la aplicación de ningún ERE, aunque sí consideraba necesario la reducción de los sueldos de los altos directivos.

Este compromiso es el que hace que la plantilla vea esta operación de compra como única salida a la empresa. Todo el proceso se complicó el pasado 15 de julio cuando el Juzgado de lo Mercantil de Córdoba notificó a la firma que se había solicitado un concurso de acreedores de la misma a instancia de otra empresa con la que Pérez Giménez mantenía una deuda de unos 100.000 euros.

El temor a la ruptura de las negociaciones se hizo más presente que nunca, ya que en el caso de que la familia aceptara ese trámite, la opción de la compra se iría al traste. Sin embargo, tanto la familia como Tecris afirmaron el pasado martes que la intención de ambas partes era oponerse a ese concurso y culminar el proceso de adquisición con la fecha límite de ayer.

ABC